¿Qué haces para relajarte?

Te voy a ser muy sincero: soy de las personas más volátiles que podrías llegar a conocer. Literalmente soy dominado por un temperamento que me asquea a mí mismo. Esa clase de persona que yo mismo no deseara a veces tener cerca. Aunque por otro lado, soy la persona con la que me gustaría pasar el tiempo. No entendiste, ¿verdad? Tranquilo, yo tampoco.
Bien, inicié de esa manera para que te hagas una idea de lo mucho que me cuesta relajarme. Pero voy a decirte las dos cosas que realmente han tenido un profundo efecto psicológico y espiritual en mi vida. La oración y la meditación.
Lo que sucede cuando oro.
Por lo general, mi oración está basada en el Padre Nuestro. No es que la repita tal cual, más bien es una especie de guía, por lo que cada fragmento contiene elementos que van desde un consuelo, hasta una buena zarandeada; por ejemplo: “perdona mis ofensas como perdono a los que me ofenden” esto tiene dos realidades: O me toca realmente perdonar a quien me ofende, o estoy siendo un gran mentiroso. Así que, lo más sabio es hacer lo primero.
Entonces, cuando oro, me miro como en un espejo, no mi físico, sino mi alma, y ahí me doy cuenta que yo no puedo cambiar muchas cosas; que soy débil, necio, frágil, pecador. Y al orar, también reconozco, y cuando reconozco entonces el Señor me sana, y como resultado, se relaja mi alma.
Lo que pasa cuando medito
La palabra meditar viene del latín Meditari que significa reflexionar, pero su primera raíz viene del medir, calcular, considerar. Entonces, cuando medito, lo que hago es enfocarme en un pensamiento, concepto o idea, en especial ese que me causa tanta preocupación. Hay personas que al meditar evitan el pensamiento que los perturba, mi caso es lo contrario, yo lo confronto. Trato de sacar de esa circunstancia cualquier aspecto que vaya a regalarme un aprendizaje.
Poco a poco, la mente se va relajando, viendo las posibles soluciones, buscando la parte positiva. Hasta que las halla y entonces la marea baja y las aguas se vuelven serenas.
Esto, amigos míos, es lo que hago para relajarme. Luego, una dosis de lectura y escritura, serían la cereza del pastel. ¡Hasta pronto!
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