Hay libros que son buenos, pero hay otros que se arraigan como árboles centenarios en el alma. Sea por autor, por su trama o por lo que enseña. Lo único que lamento de Carlos Ruiz Zafón, es no haberle seguido cuando estaba entre los vivos. Aunque de alguna manera, sus obras están llenas de su esencia.

ACERCA DEL TIPO DE NARRACIÓN.

Obra escrita en primera persona. Con un arte delicioso entre palabras elegantes, pero entendibles. Rozando lo poético.

LA TRAMA

Inicia el protagonista narrando un suceso donde su padre le revéla un secreto, un lugar mágico y misterioso, que, le permite encontrarse con un objeto que le acompañará por años. Se aferra tanto a ello que lo lleva a pasar por todo tipo de situaciones envueltas de misterio, amor, desamor, casi muerte, etc.

Los puntos de giro son alucinantes, no puedes emitir un juicio a la ligera de cada personaje presentado hasta que conozcas totalmente su historia. Te puedes llegar a caer de espaldas.

Lo que más destaco de esta trama, son las historias dentro de otras historias. La agilidad con la que Zafón entrelaza varias historias en una es impresionante.

Finalmente, —como no estoy aquí para hacer spoiler— quiero decir que el libro, como es sabido es la primera puerta a una famosa saga: La sombra del viento, El juego del ángel, El prisionero del cielo y El laberinto de los espíritus. Quedarás con hambre de las letras de Carlos.

LO MALO

Casi nada. La historia tiene originalidad propia. A veces uno quiere que la historia termine como uno quiere, y eso suele pudrir a los lectores.

LO BUENO

No es para nada aburrida, no es una historia trillada, su estilo es la elegancia escrita. Nos regala el honor de mencionar a eminencias como: Víctor Hugo, Alejandro Dumas y al mismo Pablo Neruda.

FRASE DESTACADA

Hay peores cárceles que las palabras

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