Es tu mirada iluminada de tu joven alma lo que caló a los tuyos,
con ese amor incalculable que no apagó ninguna lluvia el fuego de amor;
me hubiese gustado pasar más tiempo contigo sin poner atención a murmullos,
aprender de tu esencia y respetar la parsimoniosa enseñanza de tu sudor.
Mi viejo centenario, fuerte roble, culto poeta y tan dueño de sí mismo,
no dudaba en apoyar y dar la mano al buen amigo, bondadoso hombre;
vista inmersa en la sabiduría de los tiempos y edades, para ti no había abismo,
me heredaste sin saberlo, ser amante de los libros, larga vida a tu nombre.
Ignoro si los hombres en otra vida vuelven a encontrarse, más contigo quisiera,
sentarme a tu lado, degustar un café y quitarme de encima todo lo que marque hora;
soplarte con un abanico de papel para que a gusto dictes versos cualquiera,
y escuchar esa voz tan tierna que a todos los que amaste nuestras mentes hoy decora.
Amadeo, Amadeo, contarte una historia quiero, que un bisnieto te piensa y ama,
Amadeo, Amadeo, cantarte una canción quiero, que un bisnieto te escribe y extraña.
Amadeo, Amadeo, contarte una historia quiero, que un bisnieto poemas como tú declama,
Amadeo, Amadeo, cantarte una canción quiero, que un bisnieto tu historia por siempre acompaña.

En honor a bisabuelo Amadeo Mayorga, quien dejó este mundo a los 104 años de edad
Replica a sunshine Cancelar la respuesta