Esta es la historia en como una casa patrimonial puede convertirse en asidero de supersticiones y misticismos. Envuelta en lazos familiares que pueden mezclarse entre el odio y el más pronunciado acto de amor. Hoy te traigo, la reseña de “La casa de los espíritus” de Isabel Allende.

Autor

Isabel Allende es una peruana nacida en 1942. Vivió parte de su infancia en Chile, y luego se exilio en Venezuela, pero que finalmente terminó viviendo en California, Estados Unidos. Inició su carrera literaria con el periodismo en Chile y Venezuela, Siendo “La casa de los espíritus” su primera novela y la que le da un impacto internacional.

Edición del texto

Esta edición fue publicada por la editorial Penguin Random House 1982, 2025. Siendo la ilustradora de la portada Amanda Arlotta. (portada edición limitada)

Género y estilo

La casa de los espíritus es una novela escrita tanto en primera como en tercera persona. Esto da al lector la capacidad de entender acontecimientos externos como internos, en especial los de Esteban Trueba, quien es uno de los narradores de la novela.

El realismo mágico es el principal género que nos envuelve en la historia, pero no pasa por desapercibido el romance y el fatalismo.

Trama

Podríamos decir que la novela está fundamentada y documentada en un diario que comienza a escribir una de las protagonistas de la novela, Clara del Valle. A lo largo de la historia, a dicho diario se le conoce como “el cuaderno de escribir la vida”. Hay dos principales apellidos: los “Del Valle” y los “Trueba”.

Esteban Trueba, un joven enamorado de la bella Rosa, en un intento por hacer las cosas bien, y tener algo para ofrecer, viaja a un lejano lugar para darse labor en una minería de oro. Acto que lo mantiene separado de su prometida por un tiempo. Estando en ese lugar, recibe una noticia que lo paraliza y tiene que regresar forzosamente, solo para encontrarse que la vida le va a cambiar para siempre. Ahí nace un hombre trabajador, adinerado, pero déspota y mal humorado.

Se casa con la siguiente hermana: Clara del Valle, quien pasa a ser la mujer —a mi criterio— más importante en su vida. Y aunque en un principio todo va bien, la mala suerte, los espíritus o el castigo divino, parecer hacer de la vida de Trueba un infierno en la tierra, donde para algunos, él sería el principal demonio.

Adquieren una casa que se convierte en la testigo principal de varias generaciones llenas de augurios y premoniciones que pasan a convertirse casi en profecías, y aunque en ocasiones todo parece arreglarse, de repente la ilusión se desmorona una y otras vez.

Los hijos de la familia: Blanca, Jaime, Nicolás y Alba heredan no solo una buena fortuna, sino también el infortunio, pero cada uno de ellos se jugarán la vida a su manera y todos terminarán sus vidas de la manera menos esperada.

Pero la novela no solo está sumida al espiritismo, sino también a la cruda realidad política, que no está lejos de la realidad. Podría ser un mero criterio de la autora, pero podría también ser, como en muchos casos, el relato claro de como sucedieron las cosas en nuestra marcada latinoamericana.

Apreciación personal de la obra

Al transcurrir mi lectura en la novela que nos concierne, empecé a recordar mucho de Cien años de soledad, primero por tratarse del mismo género y segundo por contemplar la sucesión de generaciones con historias cada una en particular. Y aunque me gustó la trama y algunas de sus historias, sentí un poco de cansancio en lo que respecta al descripción minuciosa de cada cosa, lugar y persona. Siento que aunque esto puede alimentar la imaginación, saturarlo puede volverlo un poco aburrido. Si embargo, este punto negativo, si así lo quieres ver, no es nada comparado con la excelente imaginación literaria de Allende. Es un libro que no recomendaría a un lector que se aburre con historias largas o que no está acostumbrado a la lectura, pero es un libro que se lo recomendaría a todo lector voraz que está sumido al mudo literario. En resumen 8 de 10.

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