La noche es tan incierta, veo acercarse nubarrones que anuncian violencia, aquí no hay karma, no hay suerte, no hay azar, esto tiene que ser enviado por un ser realmente despiadado, o por un ser lleno de rotundo amor; y si, suena loco, pero las grandes crisis sacan a luz las grandes mentes, los grandes sufrimientos hacen flotar el alma de alguien que ama contra todo pronóstico.

Mi avión aún no aterriza, sigo en el aire, anonadado, cantando, llorando, escribiendo, pensado, quizá, existiendo nada más. -“¿valió la pena?” – me pregunto. Y es que me he dedicado en la vida a morir muchas veces para que los míos vivan, solo espero que sepan vivir o disfrutar cada pedazo de mi niñez, de lo poco de juventud que me queda, quizá los trozos de la vejez no les apetezcan, pero si de algo os sirve, creedme que con mucho amor yo os lo regalaría.

Me había esforzado por reprimir tantas cosas, por no sentirme cómo un tontillo y niño débil volviendo a su pluma y su papel, pero las aguas me inundaron, y eso que vuelo, o al menos eso intento.

Cuál ave, crei muchas veces haber salido de una jaula, pero siempre hay una jaula dentro de otra jaula, eso no nos lo dijeron en el manual llamado vida, o es posible que no le hayamos puesto mente, como siempre a las letras pequeñas.

¿Tendré a alguien que me lea? ¿Tendré quien de mi se ría o llore? Ya eso será ganancia, a lo mucho o a lo poco tal vez me ignore, pero me habrá leído.

Tengo un vástago de sangre, no de mi simiente, pero si de mi corazón, hundido en el nauseabundo mundo de la soledad y la depresión; él es mi hermano, es mi hijo, es mi niño, se me ha ido de las manos, y cómo me duele no poder cambiar tu mundo. A Dios suplico, por tu alma en agonía, porque contigo, todas las noches se va la mía.

Y si, eso es lo que me ahoga, y he tragado tanta agua, que me sabe a sal, que me sabe amargo, que me sabe a lágrimas y aveces siento morir, luego, abro mis ojos y ha amanecido otra vez, un día, donde tengo la esparza de que todo sea diferente.

Por esta vez me voy, trataré de hacer que mi avión finalmente aterrice, soñar no cuesta nada, aunque aveces lo cuesta todo.

Kevin Mayorga.

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