Te siento tan mía por la noche,
aunque de día te siento lejos;
estamos cerca y sin reproche,
así aman los que ya son viejos.
Te acribillan mis palabras a veces,
qué terrible vetusto me volví;
error que se paga con creces,
imaginar me mata estar sin ti.
Arrancarme el corazón deseo,
lastimarte amor ya no convido;
llevarte al cielo divino paseo,
prometí cuidarte jamás olvido.
Que feo juzgar al amor puro,
el don que Dios puso a mi lado;
mi amada y bello puerto seguro,
feliz estoy contigo casado.
Amas dormitar cansada tarde,
sigo contemplándote como ido;
no ignores que este amor arde,
hasta que suene el último latido.
-Kevin Mayorga
Dedicado a mi amada esposa, Cielo Suazo.

Deja un comentario